¿QUÉ SIGUE?

1. Busco hacer que los demás se sientan cómodos con mi forma de hablar.

2. Diferencio claramente las opiniones de los hechos en todas mis comunicaciones.

3. Identifico rápidamente el estilo de comunicación de la otra persona y me adapto a él.

4. Hago eco del lenguaje corporal de la otra persona para crear una conexión.

5. Busco programar conversaciones cruciales en el momento más apropiado.

 6. Empiezo discusiones cruciales con hechos, distinguiendo claramente todas mis suposiciones.

7. Evito usar opiniones o suposiciones no probadas como hechos.

8. Evito el uso de “Siempre”, “Nunca” o “Sé cómo te sientes” durante una discusión.

9. Evito que la otra persona se sienta condescendiente.

10. Me esfuerzo por la utilización de palabras como porque, por ejemplo, o por el contrario.

11. Me centro en el problema a resolver, no en la persona.

12. Veo las discusiones como una oportunidad para encontrar una mejor solución y no como una competencia para ganar.

13. Considero mi estado mental y el de la otra persona antes de iniciar una conversación crucial.

14. Expreso claramente mis necesidades y deseos antes de iniciar una conversación crucial.

15. Me acerco a conversaciones cruciales buscando ganarme la confianza de la otra persona.

16. Busco los hechos que apoyan mis puntos de vista antes de iniciar una conversación crucial.

17. Estoy atento para no dejar que mis sentimientos influyan en los hechos en mis comunicaciones.

18. Reviso los hechos y lo que deseo lograr antes de iniciar una conversación crucial.

19. Hago una pausa cuando la otra persona se siente abrumada por las emociones, lo que hace que la conversación vuelve a encarrilarse.

20. Parafraseo y abrevio lo que dice la otra persona para asegurarme de que lo comprenda y le preste atención.